Después del ascenso de Hitler al poder en 1933, algunos estadounidenses de origen alemán formaron grupos para apoyar al partido nazi en Alemania e intentar influir en la política estadounidense. El más notorio de estos grupos fue el "Bund germano-estadounidense", que intentó modelarse como un brazo estadounidense del Tercer Reich de Hitler. Aunque estos grupos usaban uniformes y promocionaban esvásticas, en realidad tenían pocos vínculos con la Alemania nazi y su apoyo entre la comunidad germano-estadounidense en general era mínimo.

Mucho antes de que Loulogio empezara a doblar los anuncios de teletienda, los montajes paródicos de vídeo ya estaban al orden del día. En 1940, Charles A. Ridley, un oficial del Ministerio de Información Británico montó un vídeo con imágenes tomadas de la película ‘El triunfo de la voluntad’ (1934), de la notoria feminazi Leni Riefenstahl, y le puso la música de un baile muy popular en aquella época: el Lambeth Walk, del musical ‘Me and My Girl’, de 1939.

Recibiendo al fascio...

El hombre en el castillo, estrenada en 2015 y producida por Amazon Studios, presenta un año 1962 de un universo alternativo en el que el Tercer Reich y Japón imperial dominan el mundo veinte años después de derrotar a los aliados. Tras ocupar militarmente el territorio continental de los EE UU, se los repartieron en los denominados Estados del Pacífico, en la costa oeste (para los orientales), y el Gran Reich en la costa este. En medio, existe una entidad tapón conocida como la zona neutral de las Montañas Rocosas.

Richard Spencer es un conocido nazi estadounidense que fue golpeado durante una entrevista. El cómico Aamer Rahman reflexiona sobre si está bien pegar a nazis.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el mayor fabricante de naipes de los EEUU colaboró con las agencias de inteligencia estadounidenses y británicas para crear una baraja de cartas muy especial. Acompañadme en esta curiosa historia sobre naipes y espionaje.

Merece la pena ver este vídeo del Borussia Dortmund contra los nazis

Luchaban a cara descubierta, salvo con protecciones para los ojos, acometiéndose con afiladas espadas hasta que sus rostros quedaban cubiertos de cicatrices que luego lucían con orgullo. Así fue el «mensur» alemán. Muchos de sus practicantes fueron futuros nazis.

Tras deprimirse viendo los resultados electorales, miles de ciudadanos españoles han encontrado cierto alivio en recordar que, en los videojuegos Call of Duty WW2 y Wolfenstein II, es posible hacer frente al nazismo “de forma contundente, subiendo niveles, haciendo avanzar la democracia y reventando cabezas”, según las palabras de algunos jugadores.

Sketch humorístico y político sobre la actitud de la gente de extrema derecha ante ciertas acusaciones.

(...) Hoy su imagen aparece reproducida en carritos de helados de una conocida marca. La comercialización de los polémicos helados marca Hitler, que incluso muestran como reclamo un retrato suyo, contaron con el rechazo de la comunidad judía en la India. La embajada de Israel y varias asociaciones contra el racismo, incluidos los medios alemanes, protestaron contra la comercialización de los helados, que sin embargo entre los indios no ha provocado airadas reacciones. En la India, un libro como el Mein Kampf es un absoluto éxito de ventas.

Se trata de un reportaje bastante curioso y bien documentado con vídeos y buenas fotografías del búnker en dónde Hitler se suicidó tras perder el control de Berlín. Cuenta cómo sucedieron los hechos, o lo que se presupone que ocurrió, y lo acompaña de fotografías y con referencias de la época. Bastante bien para leer algo en 10 minutos.

Por ejemplo, Adolf Hitler (1889-1945) decía que 1+1=2 y eso es cierto, lo diga Hitler o quien sea. Asimismo, Hitler respiraba, pero de eso no inferimos que respirar sea malo o que no debamos respirar, y así con todo lo demás.

Los consejos de Pazi, asesora de nazis.

Primera entrega de las colaboraciones especiales de Mauro Entrialgo con El Salto.

Los límites de la paradoja de la tolerancia. Bueno, el título es un poco clickbait, porque lo que viene ahora es más un ensayo sobre la tolerancia. Pero bueno, con dibujitos, que lo hacen todo más llevadero

Asimismo, propone acudir vestidos de nazi a los actos de extrema derecha, aplaudiendo "muy fuerte cada burrada que digan": "Me dedicaría a dejarles en evidencia desde el humor más descarado. Me reiría de ellos", ha escrito Talegón: "Te parecerá una gilipollez. Pero desde luego que acompañarles en sus manifestaciones disfrazados de Hitler tendría mucha más gracia y sería mucho más contundente que lo que he visto hoy. Y nadie podría decir nada".

La Asociación de Prensa de Madrid estudiará el caso

Los límites de la paradoja de la tolerancia

Según testigos presenciales, la discusión empezó cuando miembros del grupo se dieron cuenta que algunos tenían una tonalidad más oscura. Las marcas del bañador fueron el detonante definitivo. A partir de ese momento, los miembros del mismo grupo empezaron a insultarse y golpearse entre ellos. “Primero nos llamó la atención un ruido, como si alguien golpeara algo hueco, luego vimos que se estaban dando cabezazos”, declaran testigos presenciales.

Son vegetarianos, como Adolf Hitler y, como Hitler, también nazis, pero con un pequeño matiz: son morenitos, bolivianos, chilenos y peruanos, y de raza aria no tienen ni el blanco de los ojos, así que de haber nacido en los años 30 en Alemania hubiesen tenido todas las papeletas para acabar convertidos en pastillas de jabón. Este pequeño detalle no parece ser un obstáculo para el Movimiento Emergente Veganista, un grupúsculo de veganos con ramificaciones en los citados países lationamericanos que toman el veganismo y el nazismo por bandera.

No es la primera vez que vemos mezclar con total desparpajo nazis y muertos vivientes. La saga Wolfenstein lo hace sin ningún pudor. Dead Snow, del noruego Tommy Wirkola también. Lo que ya es más raro es ver zombies, nazis y experimentos locos en una producción de alguien como J.J. Abrams. Overlord es precisamente eso, una producción avalada por BAd Robot y J.J. Abrams que se adentra en la historia de un grupo de soldados aliados perdidos en Francia que se topan con una base científica nazi en la que están desarrollan ciertos experimentos.

La juguetera alemana Revell ha retirado del mercado una maqueta de un platillo volante nazi, el Haunebu II, porque en su descripción se falsea la Historia al decir que es una réplica de una nave real. En la caja el producto se presenta como un modelo de una aeronave que en los años 40 llegó a volar “a más de 6.000 kilómetros por hora” y viajó al espacio, según ha informado el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.

Han acusado a los promotores de la gira de utilizar un símbolo empleado por las tropas alemanes durante la Segunda Guerra Mundial y por los neonazis en la actualidad: el sol negro. Está considerado como un símbolo esotérico que representaba el día del fin del mundo y la batalla de los dioses contra los jotuns, una raza de gigantes con fuerza sobrehumana. Un símbolo, compuesto por dos círculos concéntricos y doce rayos, que fue utilizado por el ocultismo nazi, el movimiento desarrollado por los líderes de las SS