Todos sabemos lo incómodo que es practicar meditación en el suelo. Te clavas los talones, sufren tus Practicar una clase de meditación en el suelo es muy incómodo. Te incrustas los talones, tus rodillas salen lastimadas, la espalda se tuerce y en sí, no logras llegar a un estado de relajación plena. Por lo tanto, a la larga tu salud en general se verá severamente afectada.