Si hay que probar, se prueba en situaciones reales. Las balas son de verdad y el que lleva el casco no es un maniquí...

En Omaha, un hombre que llamo al 911 pidiendo ayuda el domingo por la mañana, dijo a la policia que había recibido un par de disparos la noche anterior, pero que no recordaba donde o cuando exactamente ocurrió el suceso.

Una cámara de seguridad captó el momento en el que un hombre dispara a un supuesto amigo suyo. El desconocido, luego de dispararle varias veces a quema ropa, le golpea fuertemente con el arma. Tras la golpiza el resto de la banda se marcha de la tienda pasando por encima de la víctima como si no hubiera pasado nada. Lo más escalofriante del hecho es que el hombre armado, mientras cometía este terrible crimen, no derramó ni una gota del café que sujetaba con la otra mano.