La última bofetada de la ciencia contra los hípsters viene de la mano de un estudio que dice que “las barbas tupidas acumulan tantos gérmenes como la tapa del inodoro”. Según recogían muchos de nuestros medios a bombo y platillo, “algunos vellos faciales tienen hasta partículas fecales”. ¿Qué hay de cierto en esto?

La decisión se tomó en la última asamblea del Colectivo por las Gafas de Pasta sin Cristales, el cual planea también instalar un gran triángulo con “pajaritos cools” en una de las plazas del barrio.

Os ofrecemos esta bonita historia de superación y esfuerzo, contada por un community manager hipster. Superfuerte, os lo juro por la cobertura de mi aiphone six que si miento me queme con un caffe macchiato de starbucks. No seas mainstream y lee esta mierda.

Todos conocemos a Doom como el videojuego de disparos en primera persona que sentó las bases de este género en los 90. Ahora, los gráficos de baja calidad y salpicaduras de sangre pixeladas se han actualizado al siglo XXI gracias a una modificación que te permite añadir filtros de Instagram a tu experiencia de juego y hacerte selfies con ayuda de un palo para selfies integrado en el juego.

Lo de comprar VHS por moda es tan lamentable como hacerse con la colección de Los Romeros de la Puebla en casette. Este diabólico formato que tantos recuerdos nos trae era, reconozcámoslo ya, una puta mierda. Se veía como el culo, se degradaba más que un parque infantil en Las Barranquillas y a menudo era devorado sin piedad por cabezales caníbales de los reproductores. De hecho, cuando empezaron a aparecer películas para compra directa sin pasar por el videoclub yo, a pesar de tener una vida que sólo giraba en torno al cine y al Spectrum...

Cómo ser un hipster. Los hipsters son personas que disfrutan de la ropa, la música, la comida y las actividades fuera de la corriente social. Si deseas adoptar un estilo de vida de música independiente, de ropa vintage y de café artesanal, ...

Investigadores de la Universidad Técnica de Berlín (Alemania) y de la Universidad de Montreal (Canadá) han llevado a cabo un experimento que demuestra que las reacciones ante algunos aspectos de la música son universales. No importa si el individuo es un hípster urbanita o un pigmeo que vive en las profundidades de un bosque tropical.

La cultura hipster tiene cada vez más adeptos. Es una forma de vida alternativa donde confluyen lo moderno con lo vintage.

“El efecto hipster”, que oscila entre la física estadística, la bifurcación de Hopf, entre otras cuestiones, es una paradoja que se da en las modas y tendencias que sigue la gente.

«Suelen estar escondidos tras un libro de Marcel Proust, subidos a una bici con cestita o visitando la ultima exposición del artista desconocido del momento», dicen. «No pueden faltar en ningún buen festival de música indie, diseño o publicidad que se precie. Sin embargo, el hipsterismo implica mucho más que el aspecto externo».

El PSOE incorpora a tres asesores con camisa de cuadros para que ayuden a Pedro Sánchez a modernizar la Carta Magna Pedro Sánchez apuesta fuerte por una nueva Carta Magna. El líder del PSOE está convencido de que la Constitución española ha quedado anticuada y se ha propuesto modernizarla.

Los vinilos están de moda. Pese a que nuestras notas, agendas, calendarios, fotos y forma de comunicarnos son digitales, por los grandes beneficios de uso y almacenamiento que aporta este medio, la venta de vinilos crece exponencialmente cada año y ya está a punto de superar el récord de ventas anuales en este formato, que data de 1996, cuando no existía música digital. Muchos alegan que los vinilos tienen una calidad superior de sonido a la de los CD o música digital con compresión sin pérdida. Argumento que es totalmente falso.

Ir en bici sin casco, pero protegido, y a la moda. La cultura hipster se sube a la bici en accesorios de cleta y en la cabeza. Tienen un armazón resistente y fundas intercambiables para aquellos que no quieran desentonar con el estilo elegido en casa momento: sport, casual, elegante… Los hay de piel, tweed, tartán, con impresiones fotográficas… y también menos llamativos (grises y de colores tierra) o de rayas, de cuadros…Los hay con y sin orejeras, con y sin viseras, con y sin pompón… y hasta los típicos gorros rusos.

Los serieadictos y sus costumbres, viñeta publicada por Daniel Miñana y Alfredo Martín-Gorriz.

Los asistentes al Alhambra Sound – o mejor dicho, al botellón de las afueras– definen en qué consiste eso de ser hipster, término incongruente donde los haya.

Mi opinión es que el fenómeno hipster [en contra de lo que sugiere la Wikipedia] es un fenómeno puramente estético. No digo que sea además estético, como consecuencia o no de una cierta ideología y como sucede con otras tribus urbanas, sino que es pretendidamente estético y huye de cualquier profundidad. Es decir, de la definición de arriba se queda conscientemente con la estética que todo esto implica y evita el contenido. Ahí van unos ejemplos...

Aunque son la tribu urbana de moda, los hipsters provocan ya cierto empacho. Las barbas, las gafas de pasta y las camisas de cuadros están en bien en su justa medida, pero en dosis más elevadas provocan la indigestión hasta a los estómagos estilísticos más bregados en esto de las modas. Particularmente indigestos les resultan los hipsters, por ejemplo, a los publicitarios, que no paran de lanzar dardos a los “modernos” en sus anuncios. Algo que no deja de resultar paradójico, pues no es ningún secreto que las agencias de publicidad son...

Estamos ante un experimento de Darba Culture en el reciente 101 Sun Festival, celebrado hace unos días en Málaga con artistas como Franz Ferdinand, Amaral,etc. El festival tenía nombres para satisfacer a cualquiera pero pensaron que era mucho más entretenido preguntar al público sobre bandas inventadas. El postureo en la música y en los festivales llega a límites bastantes divertidos

Hacer leña del mundo hipster es muy 2013. De hecho, decir que algo es muy 2013 es muy 2013. Muy 2012, si se nos apura. Sin embargo, en Priceonomics han optado por un enfoque más científico que el de la simple diatriba visceral, y lo han aplicado al panorama de la música.

¡Demonios, se llevan las barbacas de babilonios!