Mariana fue la reina del mambo durante los setenta, los ochenta y los noventa. Su lista de amantes se solapaba con las relaciones más o menos duraderas, fruto de una tiene hija a la que crío sin ayuda. A partir del año 2000, recién entrada en los 50, empezaron las vacas flacas. De multitud de amantes pasó a esporádicos manteniéndose a ese ritmo unos años. En 2010, vivía sola en el centro de Madrid, sin más compañía que su gata Kaka (por Kaka de Luxe). Su vida sentimental y sexual con otras personas es prácticamente nula.