Arturo Lorenzo, funcionario del departamento de meditación trascendental de la Secretaría de Estado de Cultura, ha sido el primer empleado de la Administración Pública en probar unas gafas de realidad aumentada. La experiencia ha permitido a Lorenzo vivir en sus propias carnes una jornada normal de trabajo, desempeñando tareas de oficina en primera persona “y como si estuviera allí mismo, asumiendo responsabilidades reales”.

Solicitando el día libre para que le hicieran las pruebas del ébola, Jaime Antuñón, de 53 años, ha informado a las autoridades que el suyo podría ser un nuevo caso de infección porque no tiene ganas de trabajar y además que se echaría “una siestaca de seis horas”. Una cantidad de tiempo que, según asegura, “no es normal ni para mí”.

Desesperado por la situación, el alcalde de la localidad italiana de Locri, Giovanni Calabrese, ha pedido un milagro para dejar de recibir bajas laborales certificadas por médicos. En la misiva, el alcalde invoca su “divina ayuda para resolver este antiguo problema que nos aflige, que no es solo la ‘ndrangueta, sino parte de los trabajadores del ayuntamiento. El alcalde italiano asegura que cada vez que llama a algún trabajador para solucionar algún tema, le llega una baja laboral por enfermedad.

El funcionario mexicano Gilberto Sánchez ortiz, fue nombrado director del Instituto de Educación Pública del estado de Oaxaca y destituído horas después por el gobernador del estado luego de que se difundiera en las redes sociales evidenciada de su adicción a las imágenes pornográficas.