Este viernes, se lanzó Apple TV+, la apuesta de la empresa de Cupertino para sacar una tajada en el ya congestionado negocio de la televisión por streaming, donde también están metidos Netflix, Amazon y, dentro de poco, Disney. La idea, en apariencia, es que el contenido de esta plataforma debe ser muy bueno para poder ponerse adelante en el mercado. O tal vez cuente con un as en la manga: uno de esos giros innovadores sobre los que se construyen la reputación y la fortuna de la organización. Pero a primera vista no se ve nada de eso.