Mientras Europa se prepara para eliminar el IVA en la compra de coches eléctricos, hay países que están proponiendo una vía radicalmente opuesta. Australia, a través de las regiones de Victoria y Australia del Sur, ha anunciado un impuesto a la carga del vehículo eléctrico por la que los usuarios deberán abonar 2,5 céntimos de dólar australiano por cada kilómetro. Una tasa que las asociaciones del automóvil del país quieren impulsar a nivel nacional.