Nunca pensé que el BMW i3 fuese un coche adecuado para “irse de rallyes”. Es un eléctrico orientado al tráfico urbano e interurbano, con un carácter premium y un diseño peculiar. Es un coche relativamente corto y alto, que rueda sobre neumáticos de baja fricción de sólo 155 mm de sección, montados en llantas de 19 pulgadas. A pesar de sus 170 CV, propulsión trasera y correctas prestaciones, a nadie en su sano juicio se le ocurriría irse a derrapar sobre tierra con él.