Unánimemente aclamado, cualquiera de las dos versiones del Renault 8 se ha ganado un hueco en la historia de la automoción en nuestro país; especialmente el TS, ligado a la Copa Nacional. Pocos automóviles han aglutinado tanto consenso como éste, y lo cierto es que su demanda fue muy alta a lo largo de sus doce años de vida en España.
Tras la presentación del R4, con motor y tracción delantera, está claro que el Renault 8 fue una elección conservadora por parte de la marca. Al menos por su distribución mecánica, no ya en el plano técnico o estético; donde introducía numerosas novedades. Esto pudo ser debido al tipo de público al que iba dirigido. Ya que aunque modelos como el Citroën 2CV, el Mini o incluso el propio R4 habían demostrado que el “todo delante” podía ser un éxito, no estaba claro que la fórmula funcionase en segmentos superiores.