Abrir el capó de un coche era una experiencia primaria hace años. Levantabas un pesado trozo de metal y una bocanada de calor te daba en la cara. Ante tí, multitud de cables, manguitos y piezas metálicas, rodeando a un bloque motor bien visible. En el caso de algunos deportivos, su motor era tan bello como su carrocería. Hoy en día, es una experiencia aséptica: todo lo que verás en un coche moderno es una tapa de plástico negro. ¿Por qué los coches modernos ocultan su motor bajo este enorme y antiestético plástico? Te explicamos el porqué.