El alcalde y alrededor de 30 trabajadores de Vitrasa se han encarado, literalmente, este martes, cuando iban a iniciarse las pruebas de iluminación del nuevo ascensor HALO. Abel Caballero y los empleados de la concesionaria de autobuses de la ciudad, se han quedado a pocos centímetros después de que estos hayan llegado al lugar gritando ‘¡menos luces, más autobuses!’. En ese momento, Caballero se ha dirigido a ellos haciendo la conocida ‘V’ de Vigo, y las protestas, los petardos y los gritos de ‘sinvergüenza! o ‘¡Alcalde dimisión!’ arreciaron.

Los implicados declaran hoy ante la jueza de Instrucción número 1 de Vigo. La cómplice sería una trabajadora de la empresa concesionaria de transporte público

Una de las personas detenidas es trabajadora de la empresa

Vigo registró el domingo sendos incendios en autobuses urbanos, según ha trascendido este lunes. En uno de ellos el propio conductor apagó las llamas y en el otro el vehículo ardió por completo. Según han confirmado fuentes próximas al caso, momentos antes de que se produjese este último suceso se registró otro fuego en un autobús cuando estaba en la calle Tomás Alonso. En ese caso se cree que una persona prendió fuego a un asiento, siendo el propio conductor el que apagó las llamas.

Crees que el transporte urbano de la ciudad de Vigo es bueno, o al menos aceptable. En los últimos años se ha reducido mucho el número de viajeros que utilizan el transporte público en la ciudad olívica ¿por qué?

El comité de empresa se ha concentrado ante la firma para pelear por un convenio en el que se reduzcan las horas extras

Los autobuses urbanos que Vigo donó al Sáhara, protagonistas de un documental: El arranque del documental A liña do deserto -una cinta producida por Filmanova cuya grabación ultiman estos días sus directores, los periodistas Eduardo Rolland y Luis Montenegro- se detiene en el rostro de Maimuna. Una joven que viaja a bordo de un vitrasa, el autobús que solía coger para ir al colegio.

El domingo,30 viguesas,convocadas por Precarias En Loita,se han subido a un autobus sin pagar el billete para reclamar el derecho a un transporte público y gratuito. La acción partió desde el barrio de Bouzas y finalizó tres paradas más adelante, ya que el conductor recibio ordenes de parar el vehículo. Los viajeros que si habían pagado el billete obligatorio, lejos de cabrearse con los manifestantes, pronto hicieron sus reinvidicaciones como propias apoyandoles e iniciando un debate entre ellos sobre la nefasta situación del transporte urbano.