La compañía tendría que haber desplegado 600, pero hace semanas que no presta servicio en la ciudad. Su decisión, unida a la de Ridemovi y las motos de Cabify, deja a Zaragoza sin parte de su flota compartida.

Hace unos meses, una filial de este fondo (House of Lithium) decidió comprar Reby, una empresa de micromovilidad (tiene motos, bicis y patinetes por compartir). El precio: 100 millones de dólares. Pero el tiempo ha ido pasando y, de ese dinero, sólo se ha entregado una ínfima parte porque, aparentemente, SOL quiere dar marcha atrás.

La empresa catalana, con sede en Barcelona, Reby Rides y la sueca Voi Technology han sido seleccionadas por el Ayuntamiento de Sevilla para desarrollar su programa piloto de explotación de patinetes eléctricos en la ciudad. El proyecto establece que ambas empresas puedan operar hasta 1.000 patinetes cada una de ellas en la ciudad durante 18 meses, los cuales deberán aparcarse en las áreas de estacionamiento que se han aprobado en el marco de este proyecto.

Impulsar la movilidad compartida para contribuir a la sostenibilidad de las ciudades. Esa es la apuesta de la empresa catalana Reby. Nacida en el corazón de Barcelona hace dos años, Reby ha sacado a la luz una plataforma que unifica el alquiler de vehículos de movilidad compartida de diferentes compañías.

La normativa lo prohíbe, pero la startup española Reby lleva tres meses alquilando patinetes en Barcelona. ¿Cómo lo hace? Si los atan a los aparcamientos de bici, la policía no puede llevárselos porque cometería un hurto. Hasta ahora, les han puesto al menos 5.000 euros en multas. Reby está dirigida por Pep Gómez, un joven que fundó la app Fever y ha sido asesor de Mobile World Capital. En sus seis meses de vida, no solo ha tenido disputas con el Ayuntamiento de Barcelona: también ha quemado a proveedores y a más de un trabajador

Pep Gómez, fundador de Fever, se apoya en un grupo de inversores para competir contra Lime (Google y Uber).