«Está ganao. ¿Cuatro chupitos de tequila en palanca y sin tumbar? Está ganao. Y, tras eso, a leer poemas de Bukowski, que somos adolescentes estúpidos y leemos poemas de Bukowski. Ay. Pero, oigan… con Indurain, seguridad absoluta. Con Indurain no apuestas, recaudas. Indurain es Mario Conde sin golfedad, es Seve todos los días, es Julio Iglesias sin mudarse a Miami. Indurain es Dios... hasta que llegó el Mortirolo»

Mortirolo y Stelvio son dos puertos de montaña situados en los Alpes italianos, posiblemente de los más duros del ciclismo europeo. Estas subidas han sido testigo de algunas de las mayores hazañas de la historia del ciclismo. La experiencia de subirlos, el sufrimiento y la satisfacción de conseguir el objetivo, son difícilmente descriptibles.

El Giro de Italia afronta, un año más, el abismo de la montaña por excelencia. Los ciclistas tiemblan ya sobre la bicicleta y apuran las horas de sueño antes de enfrentarse a la batalla más dura en busca de la gloria en las alturas. Llega el enemigo más duro para todo corredor, la ascensión de un muro, una pared. Una auténtica losa que tendrán que escalar y que lleva por nombre Mortirolo.La mítica y aterradora pendiente hará los estragos de todo aquel que ose menospreciarla.