El holding nanoFlowcell busca terreno en Europa de unos 500.000 metros cuadrados para producir su tecnología de vehículos eléctricos de bajo voltaje (48v.), equipados con baterías de células de flujo: una unión entre el sistema clásico de acumulador de batería y una pila de combustible. Estas baterías precisan dos flujos independientes y diferentes, que se guardan en dos depósitos distintos, para generar constantemente energía eléctrica para los cuatro motores que tienen. El capital empleado será recaudado en su totalidad por la propia empresa.

Funciona igual que una pila de combustible de hidrógeno, excepto que el líquido utilizado para el almacenamiento de energía es agua salada. No está lejos de ser el coche por defecto para Europa, una idea etiquetada como una quimera por muchos a pesar de los resultados. Nanoflowcell AG es la empresa responsable del diseño, y se están preparando para la producción en masa. "Tenemos grandes planes, y no sólo dentro de la industria del automóvil. El potencial de la NanoFlowcell es mucho mayor, sobre todo en términos de suministro de energía...