El experimento de Jennifer y John, el mismo curriculo con distinto nombre, demostró la preferencia por los hombres. Setenta y ocho empresas se han adherido a un programa para promover el uso del currículo ciego o anónimo, en el que no constan datos como el sexo, la edad, el lugar de procedencia o la fotografía para evitar la discriminación y favorecer la igualdad de género. La iniciativa está avalada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.