El 17 de julio de 1987, una multitud excitada y ruidosa recorre Via del Corso en Roma. Ilona Staller, más conocida como Cicciolina, se sube al capó de un Renault descapotable y, con la mano enfundada en un largo guante blanco, hace el signo de la victoria. La turba de descamisados enloquece, ondea, arrastra todo a su paso. Cicciolina acaba de ser elegida diputada de la República italiana. La llevan en triunfo hasta Piazza Navona. La muchedumbre se agita alrededor de la diputada Staller, la palpa, le muerden el culo. Cicciolina acaba chapoteando