Demencial, cuando no vergonzoso, lo que ocurre en España en estos días otoñales ya de por sí oscuros y lluviosos. Bien podrían ser días tranquilos, serenos y sosegados, pero no. Sufrimos una epidemia de ineptitud, corrupción y mala gente. Resumiendo: el gobierno de la nación es un peligro público; peligro para la salud pública, peligro para la educación pública, para el dinero público, los derechos, la justicia, la dignidad y la decencia de la que carecen quienes nos gobiernan.