“Queremos fomentar el consumo sostenible de carne humana y dejar de contribuir al mantenimiento de esas empresas capitalistas que tienen a los humanos encerrados en pequeños cubículos frente a un ordenador”, explicaba esta mañana el jefe de la tribu, Samai Hrank-Lumumbi. “Los becarios también sienten cosas y si están tristes y agobiados su carne no es sana para nosotros”, insistía. “Además, el sabor es completamente distinto”, agregaba el líder mientras removía una olla rebosante de turistas criados en los campos del Tirol, sin hormonas ni...

No necesitamos eliminar o reducir el Estado social. Lo que necesitamos es avanzar hacia el Estado del Muy-Bien-Estar. Para ello es necesario el sueldo de Diógenes o Renta Básica, que vendría a incrementar la demanda agregada, a mejorar la calidad de los empleos, a solucionar la burocratización e incompetencia del actual Estado del bienestar, y a superar el darwinismo social más o menos encubierto de quienes reclaman liberales reformas macroeconómicas sin tener en consideración a los más necesitados.