Mubarak admite que está harto de la presidencia y que quiere dimitir, pero no puede por miedo a que el país se suma en el caos. "Estoy muy triste por lo de ayer, no quiero ver a los egipcios peleando". Cuando le pregunté qué pensaba sobre la gente que le pedía que se fuera contestó: "No me importa lo que diga la gente sobre mí. Ahora mismo me importa mi país. Me importa Egipto".