La supernova a la que nos estamos refiriendo explotó hace 35.000 años antes de este artículo, una de las componentes de un sistema binario, compuesto por dos estrellas decenas de veces más masivas que el Sol. Y, solo esa noche, el resplandor de aquella gran explosión llegó a la Tierra. Estos fenómenos son preciosos, pero también muy interesantes desde el punto de vista físico, ya que están llenos de sorpresas.