Camisas hawaiianas (a veces combinadas con prendas militares), un nombre sacado de una peli de los 80 y rifles de asalto. Esas son las claves estéticas de los ‘boogaloo boys’ (nada que ver con el género musical), el movimiento extremista que más atención mediática está ganando en los últimos días por su participación —o infiltración— en las protestas desatadas después del asesinato de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis.

La poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA) se ha vuelto a situar en el centro del debate sobre el derecho a las armas desde la matanza de Connecticut. Su máximo objetivo es la defensa de la segunda enmienda a la Constitución de EEUU, que establece el derecho de los ciudadanos a poseer y portar armas. Su éxito durante las últimas décadas no se ha sustentado solo en su gran influencia sobre el Partido Republicano, sino también de los demócratas.