Décadas de investigación demuestran que estos programas reducen las enfermedades transmitidas por la sangre. Pero un nuevo estudio compara cómo les fue a los usuarios de drogas en condados que abrieron intercambios de jeringas entre 2008 y 2016 con aquellos que no lo hicieron. Tras abrir un programa de intercambio de jeringas, las tasas de VIH cayeron un 15%. Pero las muertes relacionada con los opioides aumentaron un 22 %. Este y otros estudios que revelan efectos negativos han enfurecido a los defensores de los programas de reducción de daño