La violencia cruza y marca de manera diferencial según el género, la violencia en tanto mecanismo colectivo de dominación atraviesa la vida de las mujeres y las identidades trans, no binarias, lésbicas. Y la defensa personal es una forma de praxis política y una herramienta certera para responder a un ataque físico. En el corazón de barrio San Martín, un espacio de entrenamiento abre camino, con técnicas de deportes de contacto y desde la autodefensa para mujeres cis e identidades trans y disidentes.