Perdidos lo estamos todos, pero no por ello acabamos todos sumidos en la perdición. El estereotipo del consumidor de heroína es el del yonqui, macilento y desdentado subhumano, aletargado despojo marginal que la sociedad rehúye como a un leproso. Un toxicómano que delinque para consumir, no aporta nada a la sociedad, constituye una carga para el Estado. Nunca nos planteamos la posibilidad de que inteligencia y sentido común ayuden a redimensionar la leyenda negra de la más demonizada de las sustancias narcóticas...

Fue duro, pero ahora gracias a Dios estoy vivo y feliz. Me siento agradecido de estar donde estoy y se lo debo a todo ese dolor que pasé" dice Khalil Rafati en su página web. Por ello, el logotipo de su marca es una flor de loto que acostumbra a nacer del barro y florecer. "De la oscuridad y la suciedad crece una hermosa flor. Es por eso que elegí el nombre de SunLife Organics. No es solo un nombre pegadizo o un logotipo, es quién soy".

James Fata pasó de los analgésicos a la heroína con una facilidad pasmosa. El joven, de veinticuatro años de edad, viajó a Florida para quitarse la adicción a las píldoras de opiáceos; pero rehabilitarse en la capital estadounidense de las recetas no es tan sencillo y, cuando el Gobierno del Estado redujo el suministro de píldoras, Fata llenó el vacío con el producto que estaba más a mano: la heroína.

La imagen del heroinómano tirado en la calle es la imagen de un toxicómano pobre. No es de extrañar que los toxicómanos ricos sean iconos culturales y los pobres sean los que salen en Callejeros pillando caballo en un poblado chabolista. Los primeros no dan para un reportaje tan sórdido con el que te puedas sentir mejor al ver a alguien peor que tú, y drogarse siendo rico es algo muy glamuroso y envidiable. Simplemente, nadie piensa en Billie Holiday cuando imagina un yonqui.

Un centro de venopunción en el Raval de BCN ha atendido en lo que va de año a 75 usuarios italianos, La presencia de toxicómanos extranjeros es ya tan relevante que la ASPB va a incorporar a un equipo de seis traductores de italiano, rumano, árabe e idiomas africanos para poder atender a ese colectivo.

Las autoridades neoyorkinas quisieron controlar quien se saltaba los semáforos en ámbar colocando cámaras Nikon D2X. Nadie estaba al corriente del asunto salvo un par de heroinómanos que se han hecho con la friolera de 22 cámaras, el 20% del total con un valor de 88.000$, que vendieron en mercados 'alternativos' por unos 300$ cada una. Los 4.638,94€ obtenidos se los gastaron en drogas. Tras un mes de investigaciones han sido capturados. Vía en español: es.engadget.com/2009/07/27/roban-22-nikon-colocadas-en-semaforos-de-nu

Hasta ahora, los equipos sanitarios acudían en su rescate con este fármaco antagonista de la heroína cada vez que una llamada alertaba de un pasote de caballo. En breve, los heroinómanos también podrán inyectarse este antídoto en casos de sobredosis. Eso sí, siempre y cuando superen un curso de formación y demuestren estar preparados para ello.