El estudio del clítoris fue dirigido por O'Connell y publicado en 1998. Un estudio posterior en 2005 lo examinó mediante resonancia magnética. O'Connell descubrió que no era solo una pequeña protuberancia de tejido eréctil, descrito en algunos textos como el "pobre homólogo" del pene. En cambio era una forma de otro mundo, con el glande rico en nervios siendo sólo la protuberancia externa de un órgano que se extendía debajo del hueso púbico y que se envolvía alrededor de la abertura vaginal, con bulbos que se hinchaban cuando se excitaban.