Este verano, muchos bañistas en las costas del Levante español repetían que «el agua está caliente». Una percepción social que se ha refrendado con datos científicos, ya que este pasado verano el Mediterráneo alcanzó en algunas zonas de la costa los 31 grados. «Se está 'tropicalizando'», asegura en un informe la oenegé WWF. «Es un desastre», añade Grammenos Mastrojeni, vicesecretario general de la Unión por el Mediterráneo, presente en la COP27.