Las itako, chamanas de la prefectura de Aomori, median entre el mundo de los vivos y el más allá dejando que las posean los espíritus de los difuntos. Antes también ejercían como consejeras de confianza para las mujeres de la comunidad. Sus habilidades son aprendidas, pero hoy en día su linaje tradicional, basado en la relación entre maestra y discípula, está desapareciendo.

Aomori es uno de los lugares con mayores nevadas del mundo. Pero... ¿Y si sirviese para generar electricidad? Han empezado un experimento que se prolongará hasta marzo. Instalan tubos de transferencia de calor en la nieve, donde la temperatura contrasta con la del aire exterior calentado por el sol. El objetivo es generar corrientes en un sistema de turbina. Aspiran a que su sistema, basado en la corriente de convección, ofrezca la misma eficiencia que las instalaciones solares. Eso sí, con una mayor rentabilidad. El sistema presenta retos.

Los pórticos torii, que se parecen a piezas de dominó bellamente alineadas, adornan el jardín japonés del santuario de Takayama Inari (ciudad de Tsugaru, prefectura de Aomori). Les ofrecemos un recorrido fotográfico por este lugar (...) en la ciudad de Tsugaru de la prefectura de Aomori, están cobrando mucha popularidad. Comentan que los torii de color bermellón que serpentean por el estanque del jardín japonés se asemejan a un dragón.

La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) ha anunciado que detiene la construcción de un reactor en la central nuclear de Higashidori, en la prefectura de Aomori, ya que no tiene fondos suficientes para financiarlo a causa del pago de las compensaciones vinculadas al accidente en la central nuclear de Fukushima-1, según han informado varias fuentes al diario nipón 'The Yomiuri Shimbun'.

Dos activistas japoneses de la asociación ecologista Greenpeace han sido declarados culpables de robar carne de ballena y condenados a un año de prisión, aunque no tendrán que cumplir la sentencia, tal y como informó la agencia local Kyodo. Un tribunal de Aomori ha condenado a los dos ecologistas pero conmutó esa pena por la de tres años en libertad condicional. Greenpeace pretendía demostrar que esa carne de ballena no era cazada con objetivos científicos