Un complejo ecosistema de bacterias devoradoras de sal sobrevive, 34.000 años después de ser enterrado, en los fluidos que encierran minerales de Death Valley y Saline Valley, en California (EE.UU.), según revela un estudio publicado hoy. La halita, como se denomina el mineral formado por cristales de cloruro de sodio, ha sido el hogar de estas bacterias, procariotas y eucariotas, durante decenas de miles de años, según el estudio, publicado en el número de enero de la revista de la Sociedad Geológica Estadounidense, GSA Today.