Si comparamos el mundo el que vivimos hoy, al que vivíamos hace mas de diez años, las cosas han cambiado. Estamos inmersos en un mundo moderno, donde nunca falta el Ipod, el Xbox, el internet, es decir, tenemos todo materialmente. Recibimos demasiada información, impulsos, colores bonitos, que a veces terminamos saturados, y ya nada nos importa.