En su último estudio sobre el estado de madurez que mide la capacidad de efectividad y eficiencia de los servicios públicos de empleo de los 27 países que conforman la Unión Europea, España ha salido mal parada, ocupando las últimas posiciones, con un suspenso en las ocho categorías analizadas y con los mismos registros negativos, por tanto, que los de la República Checa, Hungría, Italia y Chipre.