Señor Fernández Vara, no, no las mato, no las golpeo, no las maltrato. Nada. Yo no soy un delincuente, y menos un asesino. No soy un engranaje más de una supuesta máquina de opresión, ni un eslabón de no sé qué cadena secular. Convivo con muchas mujeres en mi propia casa, en el trabajo o con amigos, y las trato a todas como lo que son: personas, iguales, sin imponerles nada, pero sin dejarme imponer ningún peso moral por asesinatos que yo condeno como y por delitos que a mí también me asquean... hay una estrategia para sociabilizar la culpa...