No es fácil encontrar a los Guzmán. Su vida y negocio discurren bajo el rugir de coches y camiones del 'by pass'. En ese punto, debajo de un puente y a orillas del río Turia, el ciclista o paseante se tropieza con una montaña de chatarra en pleno parque fluvial. Una precaria valla la delimita. En la puerta no hay timbre, pero sí una videocámara. «Bicicretas de segunda mano y ruedas», reza escrito con rotulador. Otro cartel junto a un teléfono expone: «Si tienes un problema, llámame, pero sin ansias». En lo alto de la colina de cachivaches hay..