Quisiera que lo que leerán a continuación no les pareciera inútil o reiterativo. Sé que lo que llega desde Catalunya, mejor dicho desde los partidarios de la libre decisión sobre nuestro futuro, es automáticamente ignorado o descalificado, no por muchos españoles, pero si por casi todos los exponentes y portavoces de las fuerzas políticas e instituciones del Estado. En todo caso, como ya saben, el debate está planteado ahora en su cruda y explícita simplicidad. Las próximas elecciones serán decisivas.