Hasta el estallido de la crisis –primero en el sector inmobiliario, después en el financiero y, al final, en el sector de toda la población–, había en Castilla y León seis cajas de ahorros cuyas raíces había que buscarlas en el siglo XVIII. Se trataba de Caja España, Caja Duero, Caja de Burgos, Caja de Ávila, Caja Segovia y Caja Círculo. Hoy, tras haber recibido miles de millones de euros en ayudas públicas y haber despedido a cerca de la mitad de las plantillas, todas ellas han desaparecido o están a punto de hacerlo.