Ejem, ejem. Una mirada aviesa. Ejem, ejem. "Un beso de boca abierta". Ejem, ejem. Una idea peligrosa. En la oscuridad de la sala, Franco y su semblante hierático solo daban muestras de desagrado con leves golpes de tos seca. Ejem, ejem. Al menos, eso cuentan los supervivientes de aquellos cineforums que se celebraban en el Pardo. Durante 40 años, la implacable y arbitraria maquinaria de la censura se encargó de evitar que el general diera excesivas muestras de carraspera....