Se trata de un pequeño ático de menos de 24 metros cuadrados situado en lo alto de un edificio antiguo del centro de barcelona, en el barrio de El Born. En realidad, antes de que lo transformara Christian, no era más que un viejo palomar a punto de desplomarse, pero el ingenio lo ha convertido en un delicado ático en el que vivir. Aunque en la imagen parece no haber prácticamente nada, ni un lecho en el que postrarse, os aseguro que hay absolutamente de todo.Tan sólo hay que agudizar la mirada,echarle imaginación o,en su defecto,seguir leyendo