No existe, por tanto, camino para alterar y mejorar la situación dentro del propio sistema, no digamos ya si lo que se pretendiera fuese cambiar, destruir, el sistema, es decir, el capitalismo, que solo algunos ingenuos creen que está agonizante. No se trata de derribar el sistema, sino de que todos puedan disfrutar de él con un mínimo de justicia en la distribución del bienestar, no de que todo el mundo gane lo mismo.