Al igual que un buen friki occidental puede serlo de un sinfín de temáticas, los otakus japoneses no sólo lo son del anime o el manga. Al contrario, hay millones de aspectos susceptibles de convertirse en “obsesiones”, como podrían ser los ordenadores, las cámaras de fotos, los videojuegos o… los trenes, que reciben el nombre de tetsudō otaku, y claro, si veis algunos de los contenidos que pongo por aquí sobre shinkansen (y algunos otros sobre trenes que todavía no han visto la luz) entenderéis que me toca la fibra sensible.