Meredith Haaf arenga a los jóvenes en "Dejad de lloriquear", una especie de ¡Indignaos! antihipster, para que abandonen la autocomplacencia narcisista. Nos habla de la denominada Generación Perdida, caracterizada por el escaso interés por la vida pública y política inmediata, la charlatanería de vendedor de feria puesto de anfetas, la rebeldía consumista hipster, la nostalgia prematura, el narcisismo exhibicionista, el exceso de información y la firme convicción de que abrazar la edad adulta no es cosa suya.