"Es frecuente que tras aplicar un supositorio, éste se salga y tengamos que repetir la maniobra varias veces; e incluso desecharlo y usar uno nuevo. Esto se debe por lo general a un error en la técnica de aplicación". En su opinión, "aunque no parezca lógico", la mejor manera es introducirlo por el extremo plano y no por el puntiagudo; "esto facilita que quede alojado en el recto y cuando el ano se contrae, se impulsa el supositorio hacia dentro y se evita que vuelva a salir".