Hace 515 millones de años, en las profundidades de los mares del Cámbrico, habitaba un terrorífico depredador. Dos temibles garras salían de su cabeza, si eras capturado por ellas poco podía hacer y tu destino era llegar a su boca circular, allí, sufrirías la desagradable sorpresa de probar su dentadura formada por temibles dientes. Su nombre, Anomalocaris.