Imagínese una magdalena, compuesta por un alto porcentaje de grasas saturadas, con otro tanto de sal, mucho aceite de girasol, azúcar
estos ingredientes, en cierto modo, no son del todo positivos para el organismo de un ser humano, sobre todo si se ingieren de manera regular y excesiva. El objetivo es hacer de esa magdalena un producto saludable, positivo para el cuerpo. Ahora la cuestión es
¿cómo?.