Natalia Rodríguez cruzó la meta sola, primera, campeona, pero no lo celebró. Al contrario, rompió a llorar mientras escuchaba, confusa, los silbidos del público. Acababa proclamarse campeona mundial de 1.500 m. en Berlín, pero los jueces rompieron su sueño minutos después al descalificarla por un incidente con Gelete Burka que acabó con la etíope el suelo. La atleta catalana, cumplidos los 30 años y madre de una niña, concluyó con 4:03.36, su mejor marca del año.