Mientras en los otros países se extendían movimientos inequívocamente antiausterity y antiliberales, aquí eso no ha pasado. Nada de indignados, nada de
#Occupy ni de primaveras de ningún tipo, nada de “Je lutte des clases” contra la reforma de las pensiones. No hemos tenido una Plaza Tahrir, ni una Puerta del Sol, ni una plaza Syntagma. ¿Por qué? Aquí, una gran cantidad de "indignación" ha sido interceptada y organizada por Grillo y Casaleggio, dos ricos sexagenarios provenientes de la industria del entretenimiento y del marketing...