Apalancadas en las carencias y larguísimas listas de espera que ofrece el sector público, y los precios poco asumibles del sector privado para una generación de jóvenes que han de lidiar con la realidad mientras pagan alquileres de medio sueldo y sobreviven con el otro medio, las startups en torno a terapia psicológica, meditación y mejoras de la ansiedad van proliferando y despertando interés inversor.
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