El elixir de la eterna juventud se llama Bótox. Esta neurotoxina provoca parálisis muscular, “planchando” las arrugas, esos estragos de la edad. Pero los efectos colaterales del abuso del Bótox pueden apreciarse en el antes y después de Camilo Sesto, que pasó de ser eterno adolescente a trasunto de Chucky el Muñeco Diabólico por obra y gracia del inyectable, que por cierto también se utiliza como arma química.
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