Día tranquilo

Fue un día de poca actividad en el que básicamente se limitó a observar la ciudad desde lo alto buscando algún problema que resolver, algún criminal al que detener antes de que escapara, algún edificio en llamas del que rescatar a alguna persona o animal atrapado por las llamas. Pero no ocurrió nada de eso y, aburrido, decidió volver a su casa. Le habría venido bien un poco de acción.

Entró volando por la ventana, dejó la capa sobre el respaldo de una silla y se sentó en el sofá al tiempo que encendía el televisor y cambiaba de canal con su visión infrarroja.

Escuchó una voz desde la otra habitación que le decía:

- Cariño: Te toca bajar la basura.

- No me encuentro muy bien. -Respondió- ¿Puedes hacerlo hoy tú por mí?