Hoy te lo pongo, mañana te lo quito.
Bonito arancelito.
Hoy te amenazo, mañana me relajo.
Con el país de abajo.
Chancla en boca, con vara tiesa,
de ordeno y mando sé un rato,
hasta que la realidad se gira
y me sacude un buen guantazo.
Mis amigos me abandonan,
huye de mí hasta mi señora,
y yo medito en mi trono,
¿Por qué me quedo solo?
¿Por qué me tratan tan mal?
Le pregunto a mi gato,
y no responde el animal.