Me encadenaron con grilletes al nacer…frágil, sumisa, dependiente, incapaz, fea, tonta. Caminaba arrastrando cadenas, sonaban tanto que era incapaz de escuchar mi propia voz, estaban presentes en cada tarea, cada palabra, cada mirada…pero se olvidaron de cerrar la puerta y a escondidas, cada tarde, merendaba letras. Historias de mujeres libres que rompieron cadenas. Al principio sentí vértigo y miedo pero poco a poco fui notando como mi alma y mi paso se fortalecían con cada ejemplo. Me abrazaron cálidas, las sentí muy cerca, me construí de nuevo, derretí el acero y ahora tengo alas en lugar de miedos.
Fátima Carnota García